Al promediar el último cuarto del siglo XIX, la situación socio-económica de Europa se encontraba en decadencia, lo que impulsaría el fuerte proceso migratorio que se daría entre finales de ese siglo y principios del XX. En el caso de España, varios fueron los factores que motivaron a los jóvenes españoles a abandonar su patria natal e incursionar en nuevos territorios al otro lado del Océano Atlántico.
En principio, la guerra civil desencadenada por el enfrentamiento político entre carlistas y liberales, tendió a crear un desequilibrio demográfico en toda la península, que ocasionó una limitación en el desarrollo de las capacidades productivas del país y, por consiguiente, un obstáculo al crecimiento económico.
Esta situación se agravo más aun cuando la estructura productiva tendió a complejizarse: grandes extensiones de tierras se hallaban en posesión de individuos que las dedicaban a actividades poco fructíferas como son los cotos de caza, mientras que la inmensa mayoría de los españoles solo producían para la autosubsistencia.
Asimismo, el sueño colonialista que se manifestó en el Tratado de Algeciras, en el cual España y Francia se otorgaban el derecho de policía necesario para mantener el poder en Marruecos, ocasiono cierta inquietud en los jóvenes españoles, motivando a muchos padres de familia a dejar que sus hijos buscarán nuevos rumbos como una forma de evitar el servicio militar.
Frente a este contexto, el Nuevo Mundo ofrecía un mejor porvenir a aquellos jóvenes inmigrantes que, pese a no poseer una gran fortuna, aspiraban a progresar y conseguir un mínimo de bienestar a través de su férrea voluntad de trabajo y una austeridad en sus costumbres. Así, los inmigrantes españoles que llegaron al Cono Sur de América provenían de la zona norte de España: en mayor medida, de las regiones de León, Navarra, Soria, Santander, Valencia y Asturias; y en una proporción mucho menor de la zona de Galicia y las provincias vascas.
Aquellos que poseían un espíritu aventurero, decidieron adentrarse en territorios casi inexplorados hasta el momento. Este es el caso de la Provincia de La Pampa, siendo el periodo transcurrido entre 1890 y 1930 una etapa de crucial importancia, pues es el momento en que se lleva adelante el poblamiento del territorio y con el avance del ferrocarril, la fundación de innumerables pueblos. Los sitios predilectos para radicarse fueron los centros urbanos como General Acha, Victorica, Bernasconi, Jacinto Arauz y Santa Rosa.
Una vez asentados en el territorio, los inmigrantes españoles se dedicaron a las actividades terciarias, lo que les habría permitido participar en la primera etapa fundacional de algunas localidades de la provincia.
Aquellos, inmigrantes españoles sabían que el camino directo para abrirse paso en la vida era la educación y su corolario en la cultura, de ahí que a dos años de la fundación de Santa Rosa (22 de abril de 1892) naciera la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Santa Rosa un 4 de octubre de 1894, la primera en su tipo en la flamante población, a partir de la iniciativa de un grupo de españoles tesoneros, emprendedores y solidarios. Quedaría conformada la primera Comisión Directiva, presidida por el señor Miguel Otegui e integrada por Manuel García en calidad de vice-presidente, Ventura Abal como secretario, Martín Oharris en el cargo de tesorero y los señores José Raimundo, Pedro Llorens, Antonio Galarreta , Antonio Salas y José Cuadrado como vocales.
En diciembre de 1894, la Asociación recibe la donación de un terreno por parte del Intendente de la localidad, el señor Tomas Masón, ubicado en la actual calle Hilario Lagos, entre Pellegrini y Coronel Gil.
Al año siguiente, se resuelve comprar el terreno contiguo, a fin de edificar la Sede Social, comenzando con las gestiones correspondientes para su concreción en el año 1896. El 24 de marzo de 1899 se inaugura el edificio, integrado por un amplio salón y otras dependencias.
La creciente vida cultural de Santa Rosa y la falta de una sala adecuada para espectáculos, fundamentalmente de música lírica y teatro, motiva que los miembros de la Asociación Española de Socorros Mutuos conciban la idea de construir un teatro. Con la renovación de los miembros de la comisión y tras varias reuniones, el proyecto presentado por el señor Felipe Yarza es aprobado el 5 de marzo de 1905. Para su realización, se recurrieron a tres fuentes de financiamiento: 1) la emisión de 2.000 acciones por un valor de 10 pesos cada una; 2) un crédito acordado por algunos socios con el Banco de La Nación; 3) la venta de un terreno
La obra, cuya construcción estuvo a cargo de los señores Florindo Escolari y Francisco Sampietro, quedó terminada a fines de 1907. Por este motivo, a principio del año siguiente se resolvió enviar una nota a la Municipalidad a fin de solicitar un permiso para poder inaugurar el teatro. Dicho acto tuvo lugar el día 7 de marzo de 1908, con la realización de una serie de actos artísticos preparados para la ocasión.
El Diario La Capital se hace eco de tal acontecimiento, publicando:
“La inauguración del Teatro Español fue todo un éxito como se esperaba, la sala brillantemente iluminada, presentaba un aspecto halagador para la sociedad santarroseña que bien puede mostrarse orgullosa de poseer un teatro como este, que aun inconcluso, hace honor a cualquier capital. La concurrencia era numerosa. Allí estaban congregadas todas las personas conocidas. Las damas con sus elegantes toilets, prestaban animación al cuadro. La fiesta empezó tarde, pero no por eso deslució. El himno nacional y el himno real de España fueron escuchados de pie por la concurrencia. En un palco al lado de la comisión, estaban el gobernador interino Sr. Lamela el juez letrado doctor Beltrán, el presidente de la Municipalidad Señor Masón, el jefe de policía Sr. Galeano y el Comisario inspector señor Medina. El señor Felipe Yarza pronunció un breve y muy oportuno discurso de inauguración. La orquesta compuesta de nueve profesores no deja nada que desear. San Juan y la Tomás, estuvieron a la altura de sus antecedentes, siendo bien secundados por los demás artistas, que en detalle y en conjunto han cosechado buenos aplausos. El baile de la jota de Dolores inimitable. Las zarzuelas “El Guitarrico”, Los Gorriones y el Puñao de Rosas, fueron del agrado del público.” (11 de marzo de 1908)
En esa fecha se construye el volumen de la sala y escenario. La sala tenía en la parte posterior dos escaleras que comunicaban con un entrepiso; el piso contaba con un mecanismo que permitía colocarlo horizontal, a la altura del escenario, y utilizar el espacio para bailes y banquetes, sacando las butacas. Las dependencias existentes en el predio pasan a ser el foyer y dos oficinas.
En el Teatro Español tienen lugar todo tipo de manifestaciones culturales y sociales: música, representaciones teatrales, espectáculos de cinematógrafo, patinaje artístico, fiestas. Una de las primeras agrupaciones locales que utiliza el Teatro para sus actividades artísticas es el “Orfeón Pampeano”, quien organizaba espectáculos teatrales y musicales con la participación de vecinos de la ciudad.
Asimismo, el 14 de julio de 1910, se realizó una sesiones de patinaje en la sala del Teatro, organizadas por la empresa Skating Ring, las cuales fueron muy concurridas. Para una de las jornadas, la prensa anunciaba una corrida de sortijas con patines para niños y niñas no mayores de doce años.
El continuo uso del Teatro y la falta de mantenimiento traen como consecuencia un marcado deterioro del edificio, por lo que la Asociación Española de Socorros Mutuos, decide refaccionarlo y ampliarlo. El Ing. Luis Eraña y Armando Correa presentan un anteproyecto que es aceptado, encargándose de los planos del proyecto el ingeniero y de ejecutar la obra, los constructores Mattei y Dadam.
La intervención le da a la sala del Teatro una forma similar a la que se reconoce actualmente.
Comprende la realización del entrepiso actual, los palcos de planta baja y planta alta, la tertulia alta, así como las dos escaleras de acceso a esos sectores desde el foyer. También incluye la modificación de la boca del escenario, dejando adelante un foso para la orquesta. Se coloca la ornamentación en los muros de la sala: dos máscaras alusivas al teatro, frisos, molduras, guirnaldas en los balcones y ménsulas. En las paredes se arman sectores empapelados recuadrados con varillas de madera. La distribución de la platea se modifica ingresándose por el centro. La reinauguración tendrá lugar el 24 de marzo de 1927
En aquella oportunidad, el Diario La Autonomía publica en sus paginas del día 27 de mayo las siguientes lineas:
“Festejos realizados en conmemoración de la fiesta patria en el Teatro Español. El mismo 24 a la noche, como estaba anunciado, fue inaugurado el Teatro Español. Fue este acto un verdadero acontecimiento social, viéndose la hermosa sala repleta de familias y público en general. Pudimos observar la presencia de las autoridades del territorio y representantes de la prensa local invitados a tal objeto. Fue pasada por la pantalla una buena cinta, la mejor producción española, titulada “Curro Vargas”. La orquesta supo agradar a los asistentes con un selecto repertorio siendo muy aplaudidos por numeroso público, el cual salió satisfecho, de la hermosa función. La comisión directiva de la Sociedad Española fue muy solicitada por los asistentes que supieron apreciar la magnífica obra realizada.
Durante décadas, el Teatro continúa siendo receptor de diferentes acontecimientos. Entre ellos, cabe destacar los Certámenes Literarios organizados por la Escuela Normal, denominados “Los Juegos Florales”, en los que el poeta ganador recibía como premio una flor natural. Los primeros encuentros se realizaron el 12 de octubre de 1927 y los últimos el 26 de junio de 1959, con motivo del cincuentenario de la Escuela, en las que participaban los alumnos, ex alumnos y docentes, y en numerosas ocasiones colaboraba en la fiesta la orquesta dirigida por el Profesor César Rodríguez.
Otro evento de gran transcendencia fue el banquete que se organiza en homenaje al General Miguel Duval, tras iniciar su segundo período al frente de la Gobernación del Territorio de La Pampa. En un principio se iba a realizar en el Hotel Comercio, luego se pensó en el Pampa Hotel, decidiéndose finalmente utiliza la sala del teatro porque se necesitaba un servicio de 500 cubiertos y el de esos hoteles era de 300.
A mediados de la década de 1960, ya era evidente el interés de las autoridades gubernativas por el edificio del Teatro. Así, en mayo de 1967, el Ministerio de Asuntos Sociales de la Provincia extiende una nota al Doctor Julio Quesada, en la que manifiesta su intención de adquirir el edificio. Analizada la propuesta en Asamblea, el señor Antonio Armesto señaló no estar de acuerdo con dicha medida por cuanto implicaría destruir la tradición de la Asociación Española, opinión que fuera refrendada por el resto de los miembros.
Al año siguiente, durante la gestión de Eduardo F. Molteni, la Municipalidad de Santa Rosa expresó su interés por alquilar el Teatro con fines culturales. Sin embargo, será en el año 1971 cuando la Comisión de Cultura municipal formulará una propuesta oficial. Ante la misma, la Asociación Española decide cederle el espacio para efectuar algunos actos a cambio de realizar unos arreglos generales. Un año después, la Asociación Española opta por suscribir un Convenio con la Municipalidad. Entre las cláusulas del contrato se destacan los siguientes puntos: a) su duración será por un término de diez (10) años; b) su administración se realizará de manera conjunta, a través de una Comisión Tripartita; c) las instalaciones serán utilizadas por las tres partes en igualdad de condiciones, destinado exclusivamente para actos de índole cultural; d) el Municipio y la Dirección de Cultura aportarán los fondos para la rehabilitación y mejoras progresivas del Teatro.
A partir de la reapertura del Teatro en 1976, se produce una intensa demanda por parte de grupos artísticos locales, nacionales o internacionales, para la puesta en escena de espectáculos de diversos géneros: compañías de óperas, orquestas, danzas y coros.
En junio de 1978, la Municipalidad de Santa Rosa firma con la Asociación Española de Socorros Mutuos un Convenio de uso del Teatro para espectáculos artísticos, el cual se ha renovado en sucesivas oportunidades teniendo vigencia hasta la actualidad. Entre las obras más destacadas se pueden mencionar la construcción de camarines y baños ocupando gran parte del patio lateral ubicado al este del predio; en el ingreso, la ampliación de la escalinata, cambio de piso y agregado de rampas laterales. En esa fecha también se reemplazan las puertas y ventanas de madera de la fachada por otras de diseño similar. En el foyer se hace un cielorraso de yeso, importantes molduras de diseño historicista que destacan la puerta de entrada a la sala; cambio del piso por un entablonado de madera, colocación de espejos y de recuadros con empapelado vinílico en las paredes. En la sala se colocan, en el fondo y en los
laterales, tarimas para mejorar la visión del espectador, alfombra sobre el piso de listones de madera, una barra suspendida de las cabriadas del techo para ubicar el equipo de iluminación. Se cambia el telón de boca y se demuelen construcciones laterales para ampliar la superficie del escenario.
Con la conformación de la Asociación Hispano- Argentina, se establece un nuevo Convenio entre el jefe comunal santarroseño, el Doctor Manuel Justo Baladrón, y los representantes de la institución, los señores Miguel Martín y Julio Regalado. Firmado el 1 de junio de 1988, mantiene todos los principios sustanciales de los anteriores contratos, pero agrega la siguiente cláusula: "La Municipalidad se compromete a contratar un seguro que cubra el daño que por incendio pudiera sufrir el Teatro Español y su contenido".
Asimismo, cabe destacar que en el año 1994 se modifica el acceso, con la incorporación de las rampas laterales y la colocación de peldaños de granito gris.
Más allá de las continuas remodelaciones que ha sufrido el Teatro en estos años, constituye uno de los edificios más antiguos y significativos del patrimonio arquitectónico de Santa Rosa, en el que se destacan las cariátides del escenario, los medallones de la arcada, los laureles de los balcones, los capiteles de las pilastras y otras ornamentaciones de estilo barroquita. A esto se suma que desde su inauguración hasta la actualidad ha sido el centro de la actividad cultural y social de la ciudad. Por este motivo, el 17 de mayo del año 2017 fue declarado “Bien de Interés Histórico Arquitectónico” por la Ley Nacional N° 26.243, integrante del Patrimonio Cultural de la Provincia de La Pampa en el marco de la Ley No 2083 y está incluido en el Relevamiento Patrimonial Arquitectónico, Urbano y Ambiental realizado por la Municipalidad de Santa Rosa. Gracias a esta medida, el edificio del Teatro fue colocado en una situación de resguardo legal ante modificaciones que pudieran alterar su arquitectura.